Se acabó: Apple abandona los procesadores Intel después de 14 años.
23 Jun

Se acabó: Apple dejará de utilizar procesadores Intel en sus equipos 14 años después.

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Por primera vez en mucho tiempo, el Mac ha sido protagonista en la conferencia inaugural de la WWDC. Apple ha anunciado macOS Big Sur, la nueva versión del sistema operativo de los Mac que introduce un rediseño completo, confirmando al fin el recurrente rumor de que reemplazará los procesadores de Intel por sus propios chips con arquitectura ARM en portátiles y ordenadores de escritorio.

El aspecto diferente, pero familiar de macOS Big Sur

Nuevo aspecto de MacOS Big Sur

La última versión del sistema operativo de los Mac introduce un nuevo aspecto basado en el lenguaje de diseño de iOS y iPadOS. Todos los elementos del sistema se han rediseñado siguiendo el estilo del ecosistema del iPhone y el iPad: los iconos, la curvatura de las esquinas de las ventanas, la paleta de colores, las texturas de los menús y las transparencias de ciertos elementos.

El rediseño facilita el acceso a algunos controles, como en la nueva barra de herramientas de Finder. También hay un nuevo Centro de control desplegable desde una esquina de la pantalla y un nuevo menú unificado de widgets y notificaciones con los widget disponibles en varios tamaños, como en iOS 14.

Apple ha implementado además algunos elementos de proactividad que ya existían en iOS: ahora ciertos botones y controles aparecen cuando hacen falta y desaparecen cuando no. Además, las aplicaciones principales de Apple se han rediseñado mediante Catalyst para adaptar su aspecto y funcionar sobre ARM.
 

El Mac empieza su transición de X86_64 a ARM

Nuevo aspecto de Safari en MacOS Big Sur

Sin duda, la característica más importante de macOS Big Sur es que será la primera versión de macOS compatible con procesadores ARM. El Mac iniciará a finales de año su transición a una nueva arquitectura, abandonando los procesadores X86_64 de Intel para adoptar chips ARM diseñados por Apple.

Esta transición establece una arquitectura común para todos los productos de Apple, lo que tiene varias implicaciones. En primer lugar, será mucho más fácil escribir y optimizar aplicaciones para todo el ecosistema. Con macOS Big Sur, los desarrolladores podrán hacer que sus aplicaciones de iOS y iPadOS estén disponibles en Mac sin modificaciones. Catalyst se encargará de adaptarlas automáticamente al diseño del nuevo sistema operativo de escritorio.

La segunda implicación es que Apple dejará de depender de Intel para actualizar sus Macs, lo que tiene como corolario un mayor control sobre su catálogo de ordenadores, pero también un claro beneficio económico para la propia Apple (que no está claro que se vaya a traducir en equipos más baratos).

La tercera implicación es que Apple podrá diseñar un SoC a medida para cada Mac. La compañía dice estar trabajando en toda una familia de chips de escritorio que tendrán un mayor rendimiento por vatio que los procesadores de Intel. Los chips ARM son más eficientes, lo que Apple puede aprovechar para hacer ordenadores más finos o con mayor autonomía. Pero también pueden tener más núcleos (lo que aporta una importante ventaja en algunas aplicaciones) y GPUs integradas de mayor rendimiento, además de procesadores específicos como el motor neural para algoritmos de aprendizaje automático.

14 años después, Apple vuelve a iniciar la transición de procesadores que en su día revolucionó el mundo de la Informática. ¿Volverá a conseguirlo?

 

 

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